Gana, por concurso, la parroquia de Cristo Rey, de Valencia, el año 1.942. El 11 de mayo de 1.943 comienza a caminar la Institución que él había fundado, las Presentacionistas Parroquiales Adoradoras. Las primeras Hermanas fueron cinco jóvenes, entre las que destaca María Alemany que sería, durante muchos años, Superiora General. Esta fue su gran Obra...
El P. Alejandro empeñado en la tarea de mejorar, difundir y enriquecer su Obra, se traslada a Burgo de Osma. Y posteriormente a Albacete, donde en 1.963 comenzó la construcción de la casa central del Instituto que, por diez meses, no pudo ver inaugurada el fundador.
En la Navidad de 1.966, su estómago se siente enfermo a causa de un cáncer que lo derribará pocos meses después. Fallece el 22 de julio de 1.967.
El P. Alejandro fue un gran predicador evangélico. No dejó sin usar ninguno de los medios de comunicación, para vocear sus ideales, para predicar con oportunidad o sin ella, su evangelio de salvación y de paz. Así la prensa... Fundó y dirigió “Praesentata”, pequeña revista que difundía los tres ideales de su Obra,; también publicó un crecido número de libritos y folletos de tema mariano o eucarístico. Destacan su Catecismo de Cristo Rey, Comunión o Comunismo, Inmaculada, o Zagalitas de Belén, entre otras de amena lectura.
Así el púlpito... en homilías encendidas, en ejercicios espirituales, en retiros y horas santas, de cuya buena preparación queda constancia en sus manuscritos y notas esquemáticas. Así el confesionario... y la dirección de conciencias... Así la conversación personal, donde brillaba su poder interior, su fuerza de persuasión... Así sus largas horas de sagrario... Aún viven feligreses de sus parroquias que recuerdan haberlo visto de rodillas ante el sagrario, hasta altas horas de la noche.